El machismo como otredad y mismidad (Reseña: Masculinidades en movimiento)
En el año 2020 se reportaron 132 feminicidios y 204 tentativas, más del 50% de estas cifras sucedieron durante el Estado de emergencia por la actual pandemia. Perú es uno de los países con cifras más altas en violencia de género, este tipo de violencia no solo afecta a las mujeres también a las diversidades de género aplastadas desde muy pequeñas tras el bulín escolar homofóbico, están las niñas y adolescentes que son empujadas por una sociedad patriarcal a ejercer roles que no escogieron, como consecuencia de una moralina que nos deja nuestros celebres años de “independencia” en donde prevalece una masculinidad hegemónica en todas las clases sociales. ¿Qué papel ejerce el humano que por el solo hecho de nacer “hombre” arrastra consigo esta herencia producto de una educación sin un enfoque de género?
Es así que la editorial Vivir Sin Enterarse nos trae “Masculinidades en movimiento” de Raúl Rosales León, Magister en Estudios de Género por la PUCP y Magister en Sociología con mención Sociología de las organizaciones por la UNSM t Licenciado en Antropología por la UNSM.
Este compilado de ensayos, es una extensión de como el autor se enfrenta a romper sus propios cimientos como varón en una sociedad patriarcal, a través del cuestionamiento y análisis crítico desde las practicas más cotidianas hasta irrumpir los espacios públicos con un sentido sagaz en un lenguaje directo sin dejar de ser ilustrativo (educativo).
Este Libro se divide en tres partes. En la primera parte la mirada del Waro, cuestionando su propia masculinidad en un hecho muy cotidiano que para un joven sociólogo no pasan desapercibidos. Un waro, en la esquina de su casa saliendo hacia alguna tertulia, criticando la portada homofóbica de un periódico chicha. A través de su mirada rebelde y perspectiva antropológica pone las cartas sobre la mesa y cuestiona también el silencio cómplice de especialistas, tanto hombres como mujeres en temas de género en la práctica diaria pasando asi a las esferas más personales y privadas.
En la segunda y tercera parte hay una mirada aún más profunda y analítica de cómo se enraízan estos roles es así que comprendemos a ese niño también víctima del patriarcado que fue educado no solo para subordinar mujeres sino también a otras masculinidades denigrando y rechazando la vulnerabilidad para encajar con esa violencia impuesta por esa masculinidad hegemónica, desarticulando roles de género impuestos a través del conocimiento de la propia historia, estudiando al machismo como un fenómeno psicocultural y cometiendo la osadía de develar a las instituciones y su responsabilidad por la construcción de una sociedad más equitativa .
Para proponer una nueva masculinidad es necesario el conocimiento de uno mismo , de nuestra historia y conocer las raíces porque una verdadera alianza por un mundo más justo nace de la deconstrucción de una sociedad de la que todos y todas formamos parte y se fortalece con aquellos agentes de mirada autocrítica capaz de cuestionarse con un sentido profundo los pasos cotidianos hasta las políticas públicas.
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