El viaje de una santa : abstinencia teatral o tecnovívio

 


El viaje de la santa:  abstinencia teatral o tecnovívio

La coyuntura actual nos lleva a situaciones de crisis y conflictos, los actores los teatristas trabajan a partir de ello dentro de una situación ficcional. Esta vez la ficción traspasó los límites y las fronteras, llevando consigo la desesperanza y con ella un deseo utópico: que no muera el teatro.  Pero como dice la frase de un personaje de la obra El viaje de La santa, escrita por el dramaturgo Cesar De María “Dios perdona a los actores cuando hablan con verdad” y “actor que no miente no es actor”.

¿Hay verdad dentro de este “teatro” que hacemos en pandemia? ¿Es teatro? ¿Dónde está el teatro? ¿Dónde queda el lugar de los críticos en esto?

Interactuando  con una pantalla brillosa y los ojos cansados e hinchados de tanto buscar entre píxeles, encuentro  el evento cibernético “1er Ciclo de Lecturas Dramatizadas”. Me atrae el encuentro entre estos días inciertos,  la precisión y transparencia en las palabras que lleva por nombre el evento, nadie quiere morir, arrojarse y aceptar  que el teatro, ese convivio de cuerpo presentes, tiene que esperar.   Los teatristas no queremos que nos mate la pandemia, pero seamos sinceros detrás de estas pantallas no podemos hacer “Teatro” como muchos otros artistas han llamado a sus composiciones.

Esto es y dice así: “Lectura Dramatizada”. Voy con alguna esperanza que me da ese nombre, de no encontrar algo más de lo mismo. Ya que en mis encuentros con el  “teatro Virtual” observo  personas actuando detrás de una pantalla, gesticulando y hablando, sin una mirada real entre las presencias de los cuerpos. Actores que se limitan a la palabra y gestos, ofreciendo  un pobre lenguaje visual con nula  exploración  en este campo de la herramienta audiovisual en pandemia, articulada con la teatralidad innata, en su intento desesperado por  aferrarse a la vida , con mucho  temor aún.

Me comunico como sólo puedo en tiempos de pandemia, escribo mis líneas en el clic que paradójicamente dice “contactar”, admito que estamos contactando de alguna manera aunque no hay mirada, no hay presencia. Me piden mis datos y me dicen que me escribirán al correo brindándome todas las indicaciones, me captura ese misterio  por encontrarme con algún vestigio teatral, me lleva a una lista de indicaciones y una breve  manifestación entre vocablos sobre una hoja de papel virtual, me identifico con  el  deseo de actores , directores y  dramaturgo por seguir resistiendo y esto me sirve como paliativo de mi abstiencia teatral .

En este teatro no está prohibido comer, quizás se deba  al resultado de la ausencia de la presencia física del  espectador y la ausencia de sus fonemas que puedan desconcentrar al actor (en algunas ocasiones). Ya en la  reunión virtual no podemos prender las cámaras ni los audios, durante la interacción de actores y  actrices entre sí o lo que dure la obra, mencionan que al finalizar podemos prender nuestras cámaras y micrófonos para hacer las preguntas pertinentes que puedan disipar nuestras dudas, imagino que es una forma de retroalimentación entre espectador actor actrices y directora.

No oigo el ruido de los espectadores ni veo rostros a la espera de la obra, solo soy yo en mi cuarto algo relajado y una pantalla de computadora pero aunque no siento los alientos suspirar a mí alrededor y envolverse entre risas, gestos y posturas de gente esperando su cita con la obra detrás del telón.  Observo una singular pantalla de cuadrados que más parecen cubículos, con los nombres de los personajes y a través de estos cuadrados que juguetean conmi imaginación y  ventanas que forman una escenografía de papel café con un tono amarillento perteneciente a alguna luz que contrasta con el color de papel, me seduce el misterio de lo que podría ser, me llena de curiosidad por la conservación de la estética que desean trasmitir.

Comienza la lectura dramatizada de “El viaje de la santa” escrita por el dramaturgo peruano Cesar De María y dirigida por Ángela Mesa. Esta obra trata sobre unos cómicos ambulantes en plena pandemia. Los actores están ubicados en un plano medio con máscaras presentándose como cómicos ambulantes en una pandemia sin igual detrás de pantallas como ahora nos toca vivir la realidad, la obra de Cesar De María se ha llevado a nuestro contexto en la palabra de los personajes cuando lo mencionan. Cada personaje maneja un vestuario acorde a las características del personaje, posturas, tono de voz y particularidad lo que hace que sea evidente la transmutación de la artista y el trabajo de construcción de personaje.

Algunas tomas son en plano bajo sin embargo esto ha sido aprovechado por los actores para dar desde este plano otras imágenes a los espectadores de esta actuación en vivo, imágenes que conservaban una estética y guardaba una codificación que se daba lectura en el imaginario de los que presenciaban. Era casi imperceptible “la lectura del texto dramático” puesto que había un esquema de acciones que cada actor actor manejaba para su personaje de esta manera era poco evidente la lectura sin embargo al preguntarle a los actores por este detalle mencionaron que debido a la cantidad de ensayos muchos ya tenían sus textos memorizados.

Se  usaron objetos sencillos que al atribuir el componente imaginario dado por el actor daba sentido a la “lectura dramatizada en vivo”. La exploración con el cuerpo y la cámara se hizo evidente en algunas imágenes en las cuales se vio el trabajo plástico de los cuerpos que narraban el hilo de la historia sin embargo este recurso pudo aprovecharse mucho más pero marca una diferencia respecto a otras obras mal nombradas “teatro”.

Los actores y la directora expresaron que considera que esta lectura dramatizada es una exploración que exige mayor trabajo del cuerpo del actor por no solo verse en un solo plano (el rostro el torso) y que debido a que “actúan” en estos “cuadrados” exige una mayor composición de imágenes con los cuerpos, ellos han trasladado componentes como “la creación de personaje” vestuario” “escenografía” “objetos desdoblándose de su cotidianidad “ para convertirse a un lenguaje extra cotidiano.

El investigador Jorge Dubatti nos aporta no solo el registro de las actuaciones sino también que a partir de esto se puede crear un lenguaje distinto que agrego yo pocos artistas se atreven a explorar. Yo considero que esto se debe a que muchos actores están muy ligados a la palabra y al texto.

“Hay algo del video teatro que es una maravilla pero no es la experiencia teatral, sin embargo el video teatro propone otras constelaciones categoriales para pensar su régimen de experiencias  que no son mejores, ni peores”

La lectura dramatizada de “El viaje de la Santa” a pesar de las fallas técnicas debido a la poca cobertura de internet, ha sido el trabajo del dramaturgo, precisas palabras de Cesar De Maria trasladadas a nuestro contexto actual, actores, actrices desligados de la palabra, corporizando de la mano de una cámara, con un impulso lúdico por intentar romper la realidad.  No pretendamos encontrar una  experiencia teatral  en un tecno vivió, ya que ello ofrece otras coordenadas y códigos que  puede ser el inicio de  un viaje a una nueva aventura.

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